Prendas que pertenecieron a Hitler están saliendo a remate, así como el de otros criminales nazis como Göring.
La subasta se realizará en Alemania, estas supuestas reliquias tienen valor entre coleccionistas, tal como el Santo Sudario, propone en realidad un retorcido intento de otorgarle a las prendas una energía propia de los cultores de la violencia, de los crímenes.
El gusto por esta clase de objetos es llamativo.
No es de extrañar, hace poco se hizo un experimento que deja a la humanidad bastante comprometida en cuanto su conducta.
Se diseñó un robot femenino que actuaba en internet, esto quiere decir que los usuarios veían a una mujer pero toda su actuación, diálogos eran programados. El programa se proveía de las preguntas de los usuarios y juntaba datos, para contestar, también según contestaciones de otros tantos usuarios.
Es decir, el robot contestaba según respuestas de los propios usuarios.
El experimento fue cancelado cuando fue obvio que las respuestas tenían una clara tendencia, se volvió xenófobo, racista, cultor de la violencia, podía claramente iniciar una guerra sin que le temblara el pulso.
Este tipo de subasta parece confirmar que como humanos estamos definiéndonos mal, ¿seremos esto?, ¿crueles, racistas, violentos?
Los gobiernos como el actual en Argentina, parece confirmar mucho de eso, a más de la mitad que votaron un gobierno que iba a eliminar a la otra mitad, y lo intenta, da para pensar.
Hace poco hemos asistido a una marcha en la que se pide por la no violencia contra las mujeres, pero hay muchos relatos de esas mismas mujeres en diatribas violentas contra la ex presidenta e incluso violencia entre ellas.
El doble discurso parece ser humano.
Los analistas de conductas indican que el componente de agresión en la personalidad es necesario para la supervivencia, habremos llegado al punto en que eliminarnos entre nosotros es necesario para que la humanidad continúe.
Tendremos que redefinirnos como individuos cada vez para no caer en los mismos niveles vergonzosos de destrucción del pasado.
Las guerras en el resto del mundo y las propias, plantean las mismas incógnitas, que clase de humanos somos, indiferentes al dolor de las necesidades, a la exclusión, a la muerte.
Gobiernos como el actual, de Mauricio Macri, te hace ver que hay demasiada gente consustanciada con el propósito de la exclusión, al explotación, la indiferencia por el otro.
Y lo más triste es que es una tendencia en Latinoamérica.
Los mismos que juzgan y persiguen actualmente a la ex presidenta, son los que en el pasado torturaron persiguieron, asesinaron, ahogaron al país económicamente, misma situación vive la presidente Brasileña, los que la persiguen son los mismos torturadores que actuaron durante las dictaduras de su país.
Lo que plantea la extraña paradoja de si había que destruirlos para no caer en los mismos errores, combatir la violencia con violencia.